La innovación no es una actividad puntual sino un proceso, un largo viaje o trayecto que se detiene a contemplar la vida en las aulas, la organización de los centros, la dinámica de la comunidad educativa y la cultura profesional del profesorado. Su propósito es alterar la realidad vigente, modificando concepciones y actitudes, alterando métodos e intervenciones y mejorando o transformando, según los casos, los procesos de enseñanza y aprendizaje. La innovación, por tanto, va asociada al cambio y tiene un componente – explícito u oculto- ideológico, cognitivo, ético y afectivo. Porque la innovación apela a la subjetividad del sujeto y al desarrollo de su individualidad, así como a las relaciones teoría-práctica inherentes al acto educativo.”
Nuestra institución deberá tener la claridad de este apartado en el entendido que la innovación no será quien se acerque a la institución a través de programas, técnicas, nuevas teorías, etc. si no que deberá contar con los procesos necesarios atraves del análisis de su actuar y el entorno para ir adaptando y/o modificando aspectos clave dentro de sus programas, instalaciones y tecnología que le permita estar a la vanguardia comprometidos con la calidad de sus alumnos.